¿Correr para crecer? ¿Correr para agradecer? Cada 31 de diciembre, millones de personas nos proponemos cambiar hábitos con la llegada de un nuevo año. En las resoluciones de muchos, los grandes clásicos saludables están presentes. Estos incluyen dejar de fumar, ejercitarse más, comer mejor, obtener más likes en RRSS o hacer una maratón.

Sin embargo, nuestra línea de tiempo no es predecible, es caprichosa y no se define por fechas específicas. Por ello, ¿Qué pasa cuando un suceso inesperado nos sorprende? En ese difícil momento, es cuando descubrimos que somos más fuertes de lo que creemos.
Por ello, los que comenzamos a correr sin expectativas y poco a poco nos damos cuenta de algo importante. Correr para crecer y superar dificultades ayuda ¡y mucho! Descubrimos que lo que se aprende durante el entrenamiento se puede transferir tranquilamente a nuestra vida cotidiana.
Paciencia, progresión y pasión, son las tres P del corredor. Palabras mágicas que forman un triángulo virtuoso que nos acompaña en nuestro recorrido. Correr para crecer en cada entrenamiento, en cada carrera y en nuestra vida.
A la práctica del running se llega por muchos caminos unos lentos y otros rápidos. Si leemos o escuchamos las historias de los que un día se animaron a correr encontraremos muchos motivos diferentes. Dicen que correr te da más de lo que tú estás esperando, y eso es verdad. Correr me enseñó cosas de mí que antes desconocía. Correr es vivir.
Pocas disciplinas son tan seductoras como el running. Realmente no hay un único ganador, cada persona se siente la campeona de su propia carrera. Cruzar la meta en el puesto cuatro mil genera una emoción indescriptible. Es única e irrepetible. ¿En cuál otra actividad deportiva sucede eso?
Tabla de Contenidos
Correr para crecer: El running como compañero de superación
La inmensa mayoría de los que corremos carreras multitudinarias. No estamos allí para batir un récord mundial de atletismo, ni para hacer podio. Para muchos corredores, como tú y como yo, correr es una forma de demostrarnos algo importante. Es una forma de probar que podemos superar con estoicismo las dificultades. Estas son las dificultades que la vida nos va poniendo en el camino. (Si eres un corredor que comenzó a correr en el 2020) lo sabes muy bien.

No hay nada más conmovedor e interesante que prestar atención a las personas que nos acompañan durante la carrera.
Todos somos tan distintos, y a la vez, tan parecidos. Nos une la pasión de superarnos en cada zancada. Esa mañana, hemos decidido ponernos de acuerdo para lograr un objetivo. Queremos cruzar el arco de llegada con lluvia, frío o calor.
Correr para crecer en la competencia. Por diferentes razones, cada uno de nosotros tiene un por qué. Este justifica nuestra presencia en la competencia. Todos tenemos esa llama interna que mantiene encendida nuestra motivación durante cada kilómetro. En compañía de la música de nuestras zancadas, corazón y respiración.
Cada carrera nos deja una enseñanza, una lección de humildad. Tal vez en las más difíciles, en donde hemos fallado, es donde más aprendemos.
Hacer una maratón para superar un duelo o unos 5k después de recuperarse de una enfermedad. Convocar a miles de mujeres que corren en una marea rosa para hacerle frente al cáncer de mama. Correr juntas con amigas, madres, hijas, tías y abuelas.
Salir a correr por los que no pueden hacerlo. Hazlo por ti. Recupérate de las cicatrices que nos va dejando la vida. Coleccionar kilómetros para sentirse libre. Correr en el momento presente, no para huir, sino para encontrarte y seguir creciendo. El running es extremadamente generoso, hay espacio para todos y cada uno de nosotros.
Correr para evolucionar: Running consciente y responsable
Hay muchísimas razones para animarse a hacer una carrera. Estas razones son genuinas y válidas. Puede ser una carrera de calle, de montaña, una maratón o un ultra maratón. Pero no basta solamente con querer, hay que aprender a correr. La suerte de principiante acompañó a más de uno durante una carrera en la que casi pudo perder la vida. Seamos corredores responsables y practiquemos el running de forma segura.

No hay que creerse invencible. Hay una frase que dice «La mente emite cheques que el cuerpo no puede pagar». No se trata de correr para dejarlo todo y morir, sino para vivir. También es válido correr sin competir. Y llegar a la meta sonriente o con lágrimas en los ojos. Te acompaña un sentimiento de agradecimiento que no se puede explicar. Es algo que hay que experimentar, aunque sea una vez en la vida.
Por ello, antes de hacerlo, antes de competir, hay que tener conocimiento de nuestro estado de salud. Exámenes médicos, buena alimentación, y descanso son importantes. También, ejercitar la fuerza nos ayudará a crecer como runners saludables. Así podremos superar todos los objetivos que nos propongamos de forma real y alcanzable. Correr para crecer en todos los sentidos.
No hay que dejarse llevar por las imágenes y videos que algunos runners e influencers comparten en las redes sociales. En el running las cosas no se consiguen tan fácilmente como muchos quieren hacer creer. Ningún corredor es igual a otro. Tenemos capacidades físicas, edades y estilos de vida diferentes.
Regla de oro: No te compares con otros corredores
Te doy un consejo que me costó asimilar: ¡no te compares con nadie! Mucho menos cuando estés dando tus primeros pasos en el running. No entrenes por imitación. No sigas los consejos de alguien con más seguidores que contenido de valor. Sé riguroso al elegir a quién seguir. Lee y aprende de los referentes, los que si saben ¡Hay muchos!
Y sabrás reconocerlos porque te hablarán no solo de sus éxitos, sino también, de sus fracasos. Escucha sus consejos, busca comunidades virtuales y presenciales en donde puedas crecer. Respeta las normas de etiqueta para runners.
Y no olvides tener cerca a un profesional del deporte. Escúchalo y deja que te asesore. Así podrás seguir creciendo como corredor.
Correr para crecer como persona
Como dice Chema Martínez, correr es una disciplina que puede acompañarte durante toda tu vida. Llegará el momento en que gracias a ti. Con la ayuda del running, podrás atravesar exitosamente esas dificultades personales. También superarás las profesionales que te hicieron salir por un rato del camino. A veces hay que perderse para encontrarse.
Recordarás que no podías correr un kilómetro sin pararte ¡y con paciencia lo lograste! Agradecerás haber tenido el valor para enfrentar tus propios miedos y prejuicios. Celebrarás la decisión que tomaste ese día para correr con más conciencia. Aunque tenías como compañero esos pensamientos negativos, superarás esa voz que nos tira para abajo. Muchas veces, esos pensamientos nos sabotean nuestros sueños.
Y aceptas que es mejor dejar pasar esos pensamientos sin juzgarlos y prestarle atención al camino.
A tu respiración, a la hermosa naturaleza y el espacio que te rodea. Correr no es solo correr. También es saber que la mente necesita entrenarse. Hay que considerarla una compañera, no una contrincante.

Te aseguro que al pasar el tiempo, te habrás dado cuenta de que esa dificultad que superaste te dejó algo. Ese algo es invaluable. Ahora tienes un amor y un compañero para toda la vida: el running. Compartirás lo aprendido. Agradecerás a todas las personas que forman parte de tu biografía vital. Seguirás corriendo, a tu paso, a tu ritmo y con tu cuerpo. Muchísimos años más.
Superar dificultades nos hace crecer y correr es una excelente manera de seguir evolucionando en el tiempo. Correr es una forma de comprobar que estamos vivos. Que seguimos soñando e ilusionándonos con conquistar nuevas metas.
La práctica del running consciente también nos recuerda que siempre podemos seguir adelante, aunque cueste. Y que no estamos solos en ese propósito. Somos millones de personas en todo el mundo, que conscientemente disfrutamos cada día del mágico y saludable hábito de correr.