la obsesion por los likes
Bienestar Digital

La obsesión por los likes en las redes sociales

Tiempo de lectura: 7 minutos
la obsesion por los likes
Foto de Prateek Katyal en Pexels

La obsesión por los likes en las redes sociales es tema de conversación. Diseñados como una forma básica de apoyo social en digital, dar un me gusta es como el equivalente a sonreír y estar de acuerdo ante el comentario de un amigo con quién estabas conversando cara a cara.

Sin embargo, lo que comenzó como una forma pasiva de seguir la vida de tus amigos y familiares, con el tiempo, se tornó en algo muy interactivo, y a la vez, adictivo. Una forma de recibir feedback inmediato que cambiaría la percepción propia y ajena de todos los que somos, o fuimos, usuarios de las redes sociales.

Nuestra obsesión por el feedback no es nuevo y la necesidad de aprobación social es ancestral. Desde la época de las cavernas, si no pertenecíamos a un grupo, corríamos el riesgo de ser el alimento de algún animal. El instinto primario de supervivencia sumado a la imposibilidad de ignorar lo que los demás piensan de nosotros, sobrevive hasta el día de hoy.

El «me gusta» tu dosis instantánea de dopamina 🍩

Foto de Karolina Grabowska en Pexels

Nuestro cerebro segrega pequeñas dosis de una sustancia química conocida como dopamina y ante la presencia de actividades adictivas aumenta su producción. La dopamina es un neurotransmisor asociado al deseo y a la motivación que se activa cuando se recibe un recompensa inesperada. Entonces, ¿Qué son los likes? Son una recompensa instantánea y fugaz, como los dulces y caramelos.

El botón me gusta tiene más de diez años dando, como dice su propio creador: «destellos brillantes de pseudo-placer». Su desarrollo comienza en el año 2007 con un equipo liderado por el ingeniero de Facebook Justin Rosenstein. La herramienta digital creada para generar feedback positivo y contradictorio ha sido copiada con éxito en otras redes sociales como Twitter e Instagram. Y su efecto en nosotros, no pasa desapercibido. La obsesión por los likes y las recompensas exprés.

Son el crac de nuestra generación. Somos adictos. Tenemos síndrome de abstinencia. Estamos tan condicionados por esta droga que una sola dosis puede provocar reacciones verdaderamente peculiares. Me refiero a los «me gusta». Sin que nadie se diera cuenta, se han convertido en la primera droga digital en lograr dominar nuestra cultura.

Rameet Chawla ~ Irresistible, ¿Quién nos ha convertido en yonquis tecnológicos?

Podrá sonar exagerado considerar droga a los likes, pero si, son reconocidos como una de las adicciones modernas. Aceptemos que no hay nada más placentero que recibir el reconocimiento de los demás, es una caricia a nuestro ego.

Si subimos una foto o comentario a una red social y comenzamos a recibir muchos «me gusta» nos sentimos bien. Cada vez nos cuesta más separar nuestra vida analógica de la digital. Durante el día, no solo recibimos nuestra dosis de dopamina digital, también tenemos nuestra atención secuestrada y dividida en múltiples pantallas.

El lado luminoso de los likes ❤️

Esa dosis de dopamina digital en forma de reconocimiento social que nos dan por una foto, tuit o publicación en Facebook nos puede alegrar el día. Recompensados por nuestra interacción comenzamos a crear estrategias para ganar más seguidores, corazones, arriba, reacciones y emojis. Seguimos y somos seguidos, hacemos amigos. Todo es lindo. 🌟

Foto de fauxels en Pexels

Pasamos horas en las redes sociales, dedicamos mucho tiempo a interactuar con nuestros amigos virtuales y a seguir cuentas que nos inspiren. Vamos creando nuestra identidad digital, en base a todo lo que investigamos en blogs, videos, podcasts y artículos de mercadeo digital.

Sabemos que es mucho trabajo, pero que valdrá la pena porque el reconocimiento llegará. La ilusión puede más que la razón y nos apegamos a los trucos para que el algoritmo “nos quiera” y muestre más nuestras publicaciones. Mientras lees esto, muchos trabajan para hacer crecer su marca personal digital.

Y no está mal tener un objetivo y poco a poco lograr hitos que aseguren tu presencia en Internet. Muchos han logrado cosas extraordinarias y hacer de las redes sociales una forma de vida. El asunto es cuando tu salud mental depende de la mirada ajena, del me gusta otorgado al otro lado de la pantalla de un smartphone. Si te perturba, te roba tu paz y tu tiempo. Ya deja de ser luminoso. 😭 y caes en La obsesión por los likes.

La adicción por la recompensa y la interacción

El verdadero problema es cuando recibir atención a través del me gusta se vuelve una adicción y una competencia digital desenfrenada. Es injusto decir que solo algunos están atentos al feedback social, pues la verdad es que TODOS somos susceptibles a estar pendientes de los que dicen o piensan de nosotros.

Las redes sociales no inventaron esa necesidad que todos tenemos de ser reconocidos por los demás, simplemente la potenciaron. ¿En qué momento dejamos que los corazones e interacciones digitales controlaran nuestra vida? Muchos necesitan una lluvia de me gusta para ser felices. Y para ello, exhiben en las redes una vida ideal y evidentemente editada.

Todos en algún momento hemos caído en el juego de vanidad que nos plantean las redes sociales y en la obsesión por los likes. Millones de personas en el mundo están publicando contenidos en este momento y recibiendo su dosis de dopamina en forma de likes ♥ y atención. La mayoría de las veces, la sensación es efímera.

Por eso hay que compartir más, para recibir más recompensas. Seres humanos que se pasan el día entregando su bienestar digital y su valioso tiempo, a la economía de la atención. Compitiendo en total desventaja con los algoritmos de las aplicaciones de su smartphone.

La obsesión por los likes: el lado oscuro del 💔

Foto de burak kostak en Pexels

En la búsqueda del “santo like” la persona promedio pasa horas hipnotizado en la red social más visual de todas: Instagram. Caramelos virtuales en forma de corazón son bien recibidos y dados con reciprocidad, o no. El feedback contradictorio le quita el sueño a más de uno, aumenta la obsesión por más likes, y el algoritmo de Instagram lo sabe:

Instagram es adictivo, por ejemplo, porque algunas fotos atraen muchos «me gusta», mientras que otras se quedan cortas. Los usuarios persiguen la próxima avalancha de «me gusta» publicando una foto tras otra, y regresan a la página constantemente para dar apoyo a sus amigos.

Irresistible, ¿Quién nos ha convertido en yonquis tecnológicos? ~ Adam Alter

En la lucha desigual de los usuarios versus el trabajo exhaustivo y profesional de los laboratorios de persuasión de Silicon Valley, se crean varias leyendas urbanas. Los autodenominados “Gurús de las Redes Sociales” se benefician de la necesidad de atención y la obsesión por los likes Comercializan el deseo de aceptación en forma de cursos online para revelar «Los Secretos de Instagram que te harán triunfar». Puro humo.

Generación like: el culto al «me gusta» desde muy pequeños 🤳

Accidentes e imprudencias se han cometido en la búsqueda de la mejor selfi. Adolescentes ansiosos por convertirse en el próximo influencer piden likes al por mayor. En las redes sociales el «me gusta» es el ínfimo pago que millones reciben, mientras un pequeño grupo de personas si ganan mucho dinero a expensas de tu tiempo y obsesión.

La autoestima se mide en base a cuántos me gusta tienes hoy. Cada vez más niños y niñas caen en ese patrón de medición injusto y tóxico que ata su valor como personas a la cantidad de interacción y atención digital que reciben. En la búsqueda de aprobación y la obsesión por los likes pueden caer en el lado oscuro de las redes sociales.

¿Cómo controlar la obsesión por los likes en Instagram?

A la gente de Instagram y sus anunciantes publicitarios les encanta que pases horas en tu feed alimentándote de lo que el algoritmo te muestra en tu burbuja particular. Ya no recibes tantos likes como antes, culpas al malvado algoritmo. Ansioso del irresistible feedback positivo subes más fotos, recibes tu dosis de dopamina y la evaluación de los demás (vía ♥). Y así se nos van los días.

Un estudio reciente indicaba que hasta el 40% de la población sufre adicciones relacionadas con Internet, ya sea a los correos electrónicos, a los videojuegos o a la pornografía. Hasta el 59% de las personas admiten ser dependientes de las redes sociales y que dicha dependencia las hace infelices.

Irresistible, ¿Quién nos ha convertido en yonquis tecnológicos? ~ Adam Alter

Pero ¿Cómo controlar esa dependencia? Los más radicales te diremos que dejes las redes sociales; pero es muy probable que no desees hacerlo, pues tu identidad digital depende de ellas, o incluso, tu trabajo. No es tan fácil huir de nuestras obsesiones. Pero si podemos controlar ciertos hábitos digitales que nos generan comportamientos adictivos y repetitivos.

Confía en el poder de la arquitectura del comportamiento, en donde tú pones las pautas y los límites que le das a la tecnología en tu vida, construyendo y controlando la relación con tu smartphone.

No es fácil, pero puedes comenzar haciéndote estas preguntas:

1. ¿Cuáles son los beneficios que obtengo usando Instagram?

2. ¿Cuántas horas del día me la paso viendo fotos?

3. ¿Tengo realmente una obsesión por los likes?

4. ¿Podría desaparecer por una semana en las redes sociales?

5. ¿Dependo de la cantidad de «me gusta» que recibo en Instagram?

6. ¿Podría estar sin mi smartphone? o lo necesito conmigo todo el tiempo.

Todas las respuestas son válidas y nos permite evaluar el propósito que nos motiva a estar en las redes sociales, o no. Preguntarse cosas nos obliga a hacer un balance y tomar decisiones en defensa propia.

La obsesión por los likes: algunas ideas finales ✏️

Es imposible escapar de las tentaciones por completo, es muy difícil dejar de usar nuestro smartphone, pero podemos usarlo menos. Tal vez una buena forma de empezar sea realizar actividades sin tener la tecnología o una red social como intermediario.

📍Se puede correr sin tecnología.

📍Leer libros de papel.

📍Practicar el Mindfulness y meditar.

📍Herramientas de bienestar digital como Forest o Space para dejar de utilizar el smartphone por algunas horas al día.

📍Ser minimalistas digitales para evadir un poco esa obsesión por los likes.

Y muchas cosas más. Desconectarse para encontrar algo más es justo y necesario.

Lo que otros opinen de nosotros es muy difícil de controlar. Sin embargo, si dejamos de darle tanta atención, es probable que podamos soltar esa necesidad de encajar. Un détox digital, o hacer una pausa en nuestra actividad en las redes sociales, quizás pueda ayudar. Y mucho.

Hay una frase del mindfulness que dice «Donde pones tu atención, por ahí va tu vida» nuestro tiempo es breve, dale tu tiempo y atención a algo que realmente merezca la pena. Si te hace feliz tu vida digital, te da identidad y propósito, bien. Si no es así, quiero que sepas que hay otra vida más allá del like. Y te está esperando…

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Content is protected !!