la obsesion por los likes
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La obsesión por los likes en las redes sociales

Tiempo de lectura: 8 minutos

La obsesión por los likes en las redes sociales es tema de conversación. Dar un me gusta es una forma básica de apoyo social en digital. Es como sonreír y estar de acuerdo ante el comentario de un amigo con quién estabas conversando cara a cara.

la obsesion por los likes
Foto de Prateek Katyal en Pexels

Sin embargo, lo que comenzó como una forma pasiva de seguir la vida de tus amigos. Y familiares, con el tiempo, se convirtió en algo interactivo. Se transformó en algo muy dinámico. Al mismo tiempo, se volvió adictivo. Era una forma de recibir feedback inmediato. Esto cambiaría la percepción propia y ajena de todos los que somos o fuimos usuarios de las redes sociales.

Nuestra obsesión por el feedback no es nuevo y la necesidad de aprobación social es ancestral. Desde la época de las cavernas, necesitábamos pertenecer a un grupo. Si no lo hacíamos, corríamos el riesgo de ser el alimento de algún animal. El instinto primario de supervivencia es fundamental. No podemos ignorar lo que los demás piensan de nosotros. Esto sobrevive hasta el día de hoy.

El «me gusta» tu dosis instantánea de dopamina 🍩

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Foto de Karolina Grabowska en Pexels

Nuestro cerebro segrega pequeñas dosis de una sustancia química conocida como dopamina. Ante la presencia de actividades adictivas, aumenta su producción. La dopamina es un neurotransmisor asociado al deseo y a la motivación. Se activa cuando se recibe una recompensa inesperada. Entonces, ¿Qué son los likes? Son una recompensa instantánea y fugaz, como los dulces y caramelos.

El botón me gusta tiene más de diez años dando, como dice su propio creador: «destellos brillantes de pseudo-placer». Su desarrollo comienza en el año 2007 con un equipo liderado por el ingeniero de Facebook Justin Rosenstein. La herramienta digital fue creada para generar feedback positivo. También genera feedback contradictorio. Ha sido copiada con éxito en otras redes sociales como X (Twitter) e Instagram. Y su efecto en nosotros, no pasa desapercibido. La obsesión por los likes y las recompensas exprés.

Son el crac de nuestra generación. Somos adictos. Tenemos síndrome de abstinencia. Estamos tan condicionados por esta droga que una sola dosis puede provocar reacciones verdaderamente peculiares. Me refiero a los «me gusta». Sin que nadie se diera cuenta, se han convertido en la primera droga digital en lograr dominar nuestra cultura.

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Podrá sonar exagerado considerar droga a los likes, pero si, son reconocidos como una de las adicciones modernas. Aceptemos que no hay nada más placentero que recibir el reconocimiento de los demás, es una caricia a nuestro ego.

Si subimos una foto o comentario a una red social y comenzamos a recibir muchos «me gusta» nos sentimos bien. Cada vez nos cuesta más separar nuestra vida analógica de la digital. Durante el día, recibimos nuestra dosis de dopamina digital. También tenemos nuestra atención secuestrada y dividida en múltiples pantallas.

El lado luminoso de los likes ❤️

Esa dosis de dopamina digital en forma de reconocimiento social nos llega por una foto, tuit o publicación en Facebook. Puede alegrarnos el día. Recompensados por nuestra interacción comenzamos a crear estrategias para ganar más seguidores, corazones, arriba, reacciones y emojis. Seguimos y somos seguidos, hacemos amigos. Todo brilla y es lindo. 🌟

me gusta digital
Foto de fauxels en Pexels

Pasamos horas en las redes sociales. Dedicamos mucho tiempo a interactuar con nuestros amigos virtuales. También seguimos cuentas que nos inspiren. Vamos creando nuestra identidad digital. Nos basamos en todo lo que investigamos en blogs, videos, podcasts y artículos de mercadeo digital.

Sabemos que es mucho trabajo, pero que valdrá la pena porque el reconocimiento llegará. La ilusión puede más que la razón. Nos apegamos a los trucos para que el algoritmo “nos quiera”. Queremos que muestre más nuestras publicaciones. Mientras lees esto, muchos trabajan para hacer crecer su marca personal digital.

Y no está mal tener un objetivo y poco a poco lograr hitos que aseguren tu presencia en Internet. Muchos han logrado cosas extraordinarias y hacer de las redes sociales una forma de vida. El problema surge cuando tu salud mental depende de la mirada ajena. También depende del me gusta otorgado al otro lado de la pantalla de un smartphone. Si te perturba, te roba tu paz y tu tiempo. Ya deja de ser luminoso. 😭

Caes en la positividad tóxica y en el totalitarismo de la alegría que genera la obsesión por los likes.

La adicción por la recompensa y la interacción

El verdadero problema surge cuando recibir atención a través del me gusta se transforma en una adicción. Además, se convierte en una competencia digital desenfrenada. Es injusto decir que solo algunos están atentos al feedback social. En realidad, TODOS somos susceptibles a estar pendientes de lo que dicen o piensan de nosotros.

Las redes sociales no inventaron esa necesidad que todos tenemos de ser reconocidos por los demás, simplemente la potenciaron. ¿En qué momento dejamos que los corazones e interacciones digitales controlaran nuestra vida? Muchos necesitan una lluvia de me gusta para ser felices. Y para ello, exhiben en las redes una vida ideal y evidentemente editada.

Todos en algún momento hemos caído en el juego de vanidad que plantean las redes sociales. También hemos caído en la obsesión por los likes. Millones de personas en el mundo están publicando contenidos en este momento. Están recibiendo su dosis de dopamina en forma de likes ♥ y atención. La mayoría de las veces, la sensación es efímera.

Por eso hay que compartir más, para recibir más recompensas. Seres humanos pasan el día entregando su bienestar digital. También entregan su valioso tiempo a la economía de la atención. Compitiendo en total desventaja con los algoritmos de las aplicaciones de su smartphone.

La obsesión por los likes: el lado oscuro del 💔

redes sociales
Foto de burak kostak en Pexels

En la búsqueda del “santo like” la persona promedio pasa horas hipnotizado. Lo hace en las redes sociales más visuales de todas: Instagram y Tik Tok. Caramelos virtuales en forma de corazón son bien recibidos y dados con reciprocidad, o no. El feedback contradictorio le quita el sueño a más de uno, aumenta la obsesión por más likes, y el algoritmo de Instagram lo sabe:

Instagram es adictivo, por ejemplo, porque algunas fotos atraen muchos «me gusta», mientras que otras se quedan cortas. Los usuarios persiguen la próxima avalancha de «me gusta». Publicando una foto tras otra, y regresan a la página constantemente para dar apoyo a sus amigos.

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En la lucha desigual de los usuarios contra el trabajo exhaustivo. El esfuerzo profesional de los laboratorios de persuasión de Silicon Valley genera varias leyendas urbanas. Los autodenominados “Gurús de las Redes Sociales” se benefician de la necesidad de atención. Ellos capitalizan en la obsesión por los likes. Ellos explotan el deseo de aceptación. Ofrecen cursos online que prometen revelar «Los Secretos de Instagram que te harán triunfar». Puro humo.

Generación like: el culto al «me gusta» desde muy pequeños 🤳

Accidentes e imprudencias se han cometido en la búsqueda de la mejor selfi. Adolescentes ansiosos por convertirse en el próximo influencer piden likes al por mayor. En las redes sociales, el «me gusta» es el ínfimo pago que millones reciben. Mientras tanto, un pequeño grupo de personas obtiene mucho dinero a expensas de tu tiempo y obsesión.

La autoestima se mide en base a cuántos me gusta tienes hoy. Cada vez más niños y niñas caen en ese patrón de medición injusto y tóxico. Este patrón ata su valor como personas a la cantidad de interacción y atención digital que reciben. ¡Es EGOtador! En la búsqueda de aprobación, las personas a veces buscan obsesivamente los likes. Esto puede llevarlos a caer en el lado oscuro de las redes sociales.

(foto creada con IA Gen por Lalo Zanoni).

¿Cómo gobernar la obsesión por los likes en Instagram?

A la gente de Instagram y sus anunciantes publicitarios les encanta que pases horas en tu feed. Te alimentas de lo que el algoritmo te muestra en tu burbuja particular. Ya no recibes tantos likes como antes, culpas al malvado algoritmo. Eres ansioso por recibir feedback positivo. Subes más fotos. Recibes tu dosis de dopamina y la evaluación de los demás (vía ♥). Y así se nos van los días.

Un estudio reciente indicaba que hasta el 40% de la población sufre adicciones relacionadas con Internet. Ya sea a los correos electrónicos, a los videojuegos o a la pornografía. Hasta el 59% de las personas admiten ser dependientes de las redes sociales y que dicha dependencia las hace infelices.

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Pero ¿Cómo gobernar esa dependencia? Los más radicales te diremos que dejes las redes sociales. Sin embargo, es muy probable que no desees hacerlo. Tu identidad digital o incluso tu trabajo depende de ellas. No es tan fácil huir de nuestras obsesiones. Pero si podemos darnos cuenta de ciertos hábitos digitales que nos generan comportamientos adictivos y repetitivos.

Confía en el poder de la arquitectura del comportamiento. Tú pones las pautas y los límites que le das a la tecnología en tu vida. Construyes y regulas la relación con tu smartphone.

No es fácil, pero puedes comenzar haciéndote estas preguntas:

1. ¿Cuáles son los beneficios que obtengo usando Instagram o Tik Tok?

2. ¿Cuántas horas del día me la paso viendo fotos?

3. ¿Tengo realmente una obsesión por los likes?

4. ¿Podría desaparecer por una semana en las redes sociales?

5. ¿Dependo de la cantidad de «me gusta» que recibo en Instagram o en otras RR. SS?

6. ¿Podría estar sin mi smartphone? o lo necesito conmigo todo el tiempo.

Todas las respuestas son válidas. Nos permite evaluar el propósito que nos motiva a estar en las redes sociales. O, nos motiva a no estar en ellas. Preguntarse cosas nos obliga a hacer un balance y tomar decisiones en defensa propia.

La obsesión por los likes: algunas ideas finales ✏️

Es imposible escapar de las tentaciones por completo, es muy difícil dejar de usar nuestro smartphone, pero podemos usarlo menos. Tal vez una buena forma de empezar sea realizar actividades sin tener la tecnología o una red social como intermediario.

📍Se puede correr sin tecnología.

📍Leer libros de papel.

📍Practicar el Mindfulness y meditar.

📍Herramientas de bienestar digital como Forest o Digital Detox para dejar de utilizar el smartphone por algunas horas al día.

📍Ser minimalistas digitales para evadir un poco esa obsesión por los likes.

Y muchas cosas más. Desconectarse para encontrar algo más es justo y necesario.

Lo que otros opinen de nosotros no nos define y no se puede “controlar”. Si dejamos de darle tanta atención al qué dirán, es probable que podamos soltar esa necesidad de encajar. Un détox digital, o hacer una pausa en nuestra actividad en las redes sociales, quizás pueda ayudar. Y mucho.

Hay una frase del mindfulness que dice «Donde pones tu atención, por ahí va tu vida». Nuestro tiempo es breve. Dale tu tiempo y atención a algo que realmente merezca la pena. Si te hace feliz tu vida digital, te da identidad y propósito, bien. Si no es así, quiero que sepas que hay otra vida más allá del like. Y te está esperando…

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