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Bienestar Digital

Minimalismo digital: Usa la tecnología a tu favor

Tiempo de lectura: 7 minutos

El minimalismo digital es una invitación para tomar lo que nos hace bien en Internet. Convertirte en un minimalista digital no te hará desechar tus dispositivos electrónicos. Tampoco, te pide juzgar si la tecnología es buena o mala.

minimalismo digital
Una mano sin smartphone. Más tiempo offline para todo lo demás. – Foto de Shadab 🦋 en Pexels

Es mucho más profundo. Requiere un compromiso en el tiempo. Tiene que ver con nuestro bienestar y con el poder de elegir en qué invertimos nuestro tiempo. Para recordar que menos es más.

Minimalismo digital y bienestar digital

El minimalismo digital y el bienestar digital están íntimamente ligados al uso consciente y equilibrado de la tecnología. Es un movimiento. Es una suerte de tribu de personas que desean utilizar la tecnología de una manera más consciente. Quieren hacerlo de forma ética y amable.

Porque es un recurso valioso que debemos utilizar a nuestro favor. Ser un minimalista digital es elegir, y a la vez, dejar ir lo que nos quita la paz. Suena bien, pero seguro te preguntarás ¿Cuál es su objetivo? Uno de ellos es:

Obtener mayor independencia como usuarios, para ser realmente dueños de nuestro tiempo y atención.

Necesitamos una filosofía que nos vuelva a poner al mando de nuestra experiencia cotidiana. Y destrone los caprichos primitivos y los modelos de negocio de Silicon Valley. Del lugar predominante que ocupan en la actualidad.

Una filosofía que acepte las nuevas tecnologías. Pero no a costa de la deshumanización de la que nos advertía Andrew Sullivan. Una filosofía que priorice el sentido a largo plazo sobre la satisfacción a corto plazo.

En otras palabras, una filosofía como el minimalismo digital.

Libro: Minimalismo Digital. En defensa de la atención en un mundo ruidoso. Cal Newport.

Cal Newport nos enseña en su libro Digital Minimalism. Técnicas y hábitos nos ayudan a reconocer cuándo usar la tecnología. También aprendemos cuándo prescindir de ella para disfrutar plenamente del mundo offline. Así, podemos reconectar con nosotros mismos.

Leer esto hoy es una buena oportunidad. Pregúntate acerca de la relación que tienes con tu smartphone. ¿Cuántas horas pasas consumiendo contenidos “gratis”? Sin querer, contribuyes al modelo de economía de la atención extractiva.

Es una buena oportunidad para reflexionar sobre el tiempo que le dedicas a la discusión en redes sociales. También es momento de pensar en la eterna búsqueda de aprobación y recompensas (en forma de ❤️️). Merecemos una tecnología más humana.

Permíteme hacerte esta pregunta: ¿Consideras que tienes una relación saludable con la tecnología?

Si respondes que si, es probable que aún no estés listo para recibir esta información. 😉 No pasa nada, todo bien.

Lo que sigue a continuación no es para ti. Es para personas que están buscando darle un uso consciente a las pantallas digitales. Quieren conectarse con la tecnología de forma distinta. Eso es realmente el minimalismo digital. Es un movimiento silencioso. Nos recuerda que siempre podemos elegir lo que te genere mayor valor. Ni más, ni menos.

Minimalismo digital: menos puede ser más

Encontrar el balance entre nuestra vida offline y online es posible. A muchos les funcionarán las herramientas de bienestar digital. Estas herramientas permiten limitar el uso de algunas aplicaciones. Allí encontrarán la forma de regular su consumo de pantallas.

Otros, necesitarán replantearse la relación que tienen con las redes sociales y los likes. Esas pequeñas recompensas intermitentes que enganchan tanto.

Y todos, realmente todos, podemos desde ya, ser más conscientes de las plataformas digitales que consumimos. Y a evaluar de manera consciente a quién (o a qué) le entregamos nuestro tiempo. Por cierto, lo más valioso que tenemos.

Cal Newport propone en su libro un método para desvincularte de las aplicaciones por 30 días. ¡Si!, un mes sin usar las redes sociales. Es un compromiso que va más allá de una simple desintoxicación digital, es deshacerte de algunos hábitos adquiridos durante años. Y salir de la zona de confort.

Miles de personas se han sumado al reto. Reconocen que esa desconexión temporal les permitió ser más críticos al elegir los espacios. Estos son los espacios en donde hacen vida online. También, a valorar y comunicarse más directamente con el otro.

Menos mensajes de texto con emojis a libre interpretación 😶👁‍🗨 y más conversaciones cara a cara. Como antes.

Desde luego, no todos tienen o pueden dejar por completo las herramientas de interacción social disponibles. Si se puede, pero tú no tienes por qué ser tan radical. Ser minimalista también es analizar los hábitos digitales poco saludables, aprender a desconectar y soltar. Hacer una suerte de limpieza digital.

¿Cómo empezar a cultivar un minimalismo digital sostenible en el tiempo?

Una forma de comenzar con buen pie en el camino del minimalismo digital es aplicar una máxima del diseño:

«Menos, pero mejor». Dieter Rams.

¿Somos capaces de vivir sin mirar constantemente nuestras pantallas? ~ Foto de Artem Podrez en Pexels

Ser un minimalista digital es un camino que requiere mucha paciencia. También requiere acción. Por ello, hay que empezar con pequeños objetivos. Te propongo en esta oportunidad 2 planes. Estos planes te ayudarán a comenzar a tomar más consciencia de los hábitos de uso. También mejorarán la relación que tienes con tu smartphone.

Sé que hay otros distractores tecnológicos, pero pocos son tan adictivos como el que tenemos siempre en nuestras manos.

Como mencioné anteriormente, el minimalismo digital nos da la oportunidad de elegir. Honro esa filosofía con opciones simples. Así puedes empezar a regular la forma en que quieres relacionarte con la tecnología. Y así, poco a poco, aprendas a domar tus pantallas:


Plan A:

☑️ Haz un inventario de las aplicaciones que tienes en tu teléfono inteligente. Reflexiona sobre la atención que le das durante el día. Aprovecha para hacer un détox digital; te sorprenderá la cantidad de datos y espacio que consumen. Además, notarás que muchas de ellas no son para nada productivas.

☑️ Desinstala solo 2 o 3 aplicaciones de redes sociales. Elige las que más consumen tu tiempo de forma pasiva o las que más te generan ansiedad social. Sí, sé que WhatsApp es esencial, y quizás el email también. Puedes conservarlas, pero para tu beneficio…

☑️ Monitorea y limita el uso diario de las que tienes instaladas. Puedes usar una app de bienestar digital como por ejemplo, Forest. O las herramientas de salud digital incorporadas al sistema operativo de los teléfonos inteligentes.

¿El plan A te parece muy radical? 😳 No hay problema alguno, Aplica el plan B:

Plan B:

☑️ Desactiva las notificaciones de redes sociales, mensajería de texto, email, etc. Las notificaciones están diseñadas para ser verdaderas «ladronas del tiempo». Para secuestrar tu atención y sacarte de la actividad que estás realizando. Y quizás, revisas constantemente el celular. Esta acción te puede hacer ignorar inconscientemente a la persona que está a tu lado.

☑️ Por esa razón (y muchas más) mantén tu smartphone sin la posibilidad de recibir notificaciones. Busca actividades que te alejen de lo virtual. ¿Algunas ideas? Te regalo varias: puedes practicar el running offline. Correr sin tecnología te regala un tiempo contigo mismo. También puedes hacer manualidades. Otra opción es leer un libro en papel o ¡aburrirte! Pues no siempre tenemos que estar en modo hacer. El silencio no es tiempo perdido.

☑️ Apaga tus dispositivos electrónicos por lo menos 1 hora antes de dormir. Establece una distancia física con ellos (guárdalos en un lugar lejos de tu habitación). Poco a poco te convertirás en un minimalista digital. Priorizarás tu descanso. Dejarás las noticias, reels, tuits, IA y videos fuera de tu cama. Te aseguro que mejorará la calidad de tu sueño.


¿Todo esto funciona? Basado en mi experiencia personal, te digo que si. Pero a la vez te recuerdo algo muy importante: nada cambia de un día para otro. Hay un viejo refrán que dice: «No basta echarle azúcar al café, también hay que revolverlo. Sin acción no hay transformación».

Puedes pasar años, ¡sí, años! Leyendo libros, escuchando podcasts de bienestar, viendo videos de productividad en YouTube. Eso te puede mantener entretenido y está bien, si ese es tu objetivo.

Si realmente quieres cambiar tus hábitos digitales, debes actuar. Es necesario ser más independiente de los algoritmos. También, aprender a domar tus pantallas es esencial.

Y eso significará que muchos en tu entorno no lo entenderán. Pueden interpretarlo como que no quieres compartir tu vida con ellos.

Por eso, aprovecha la oportunidad para sumarlos a la conversación y ¿por qué no? Invitarlos a participar de la experiencia que supone desconectarse para encontrar algo más. Dejar ir lo que no te hace del todo bien, para que llegue todo, todo lo mejor.

JOMO o la alegría de perderse de algo 😍

FOMO o el miedo a perderse de algo es muy común. Es una de las razones por la que las personas pasan tanto tiempo conectadas a Internet. Las personas temen perderse experiencias o informaciones valiosas. Minimalismo digital también es pasar del FOMO al JOMO: (joy of missing out). La alegría de perderse de algo que quizás no aporta mucho, pero que te distrae bastante. Robándote el tiempo para disfrutar realmente del presente.

Recuperemos la autonomía. Disfrutemos lo que tenemos frente a nosotros. No lo hagamos siempre a través de una pantalla. Desconectarte de vez en cuando no te aleja de la gente. Al contrario, te acerca más a lo que realmente quieres de ti.

Foto de Julian Jagtenberg en Pexels

Si dedicaras la misma atención que le das a las redes sociales a algo mucho más productivo. Un sueño que hayas pospuesto o algo muy importante para ti. No has podido realizarlo por falta de tiempo, etc. Te hago esta reflexión:

¿Qué podrías lograr si dedicaras ese tiempo a otras actividades offline? Piensa en las 3 horas o más que pasas consumiendo contenidos en Internet.

Aprender a correr. Conectar genuinamente con los demás. Recuperar el silencio. Meditar. Aprender un oficio manual. Crecer mucho más en lo profesional o personal.

Todas esas experiencias maravillosas que no necesariamente se viven a través de múltiples pantallas. El minimalismo digital puede ser la forma ideal de administrar mejor tu tiempo y lograr esos objetivos. Libérate del tiempo online que inviertes en una red social. También, evita consumir contenidos digitales de forma pasiva y sin aplicar lo aprendido.

Recuerda siempre: toma solo lo que te haga bien (aplica también para este post). Dejar ir, es dejar llegar. Larga vida a la tribu de los minimalistas digitales.

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