Correr es una fiesta en donde todo el mundo baila ¡y corre! Lo mejor que puede. Porque para los que corremos hace un tiempo, participar en carreras es mucho más que lograr una marca personal.

Sabemos que somos mucho más que un número, un tiempo o un resultado. Para nosotros, correr es vivir, compartir, reír y celebrar. Sobre todas las cosas. 🌟
Y por supuesto, las carreras de running se convierten en ese momento especial. En ese instante fugaz, todos nos ponemos de acuerdo con una misma intención. Queremos conquistar cada kilómetro y cruzar la meta. Cada uno con sus propias expectativas, edad, condición física, etc.
No nos conocemos entre nosotros, sin embargo, allí estamos. Preparados para la fiesta del running. Y en cada carrera, hay una nueva reunión. Un ritual nos convoca y nos une. Celebramos en comunidad la pasión por correr. 👉🏼💨
Las carreras de calle en América Latina son muy divertidas. Correr es una fiesta. Los que organizan eventos deportivos lo saben muy bien. Hay carreras durante todo el año: para apoyar una causa, carreras para mujeres, carreras temáticas. Música, buen recorrido, seguridad y todas las distancias disponibles para pasarla bien.
Correr es una fiesta: participar en carreras de running para conectar
No todos los corredores se animan a plantarse frente a un objetivo como una maratón. Eso no los convierte en mejores ni peores corredores. Correr es mucho más que correr. En las carreras participan miles de personas. Estas personas viven el running de distintas maneras.
Pero si el baile de la carrera
Fred Rohé – The Zen of Running.
no es divertido.
Entonces descubre otro baile
porque sin diversión
el bien de la carrera
se deshace.
Y un corredor que sufre
siempre abandona
tarde o temprano.
Para ser runner no es necesario asistir a competencias de elite. Tampoco es necesario sufrir. No necesitas hacer X cantidad de kilómetros a la semana. En la gran fiesta que se arma en la carrera, todos estamos invitados a correr. Por eso, es tan bello el running.
Y también sabemos, aunque a veces se olvida, que los mitos del running no tienen mucho sentido. Las expectativas que generan las redes sociales tampoco son reales. Solo hay que observar a las personas que deciden participar en una carrera. Así nos daremos cuenta de que no existe el mal llamado “cuerpo de corredor”.
Porque el running es uno de los deportes más democráticos que existen. Todas las edades, cuerpos, géneros, razas, personalidades y nacionalidades con la misma pulsión de vida. Miles de corazones latiendo y respirando el instante perfecto. Todos sincronizados con el bello amor por correr. 💓💓💓

Correr antes de correr: La medalla se gana en el entrenamiento 🥇
Como dice Jorge Drexler — gran cantautor uruguayo —, el corredor aprende con el tiempo. Aprende a “amar la trama más que el desenlace“. La carrera no comienza con la cuenta regresiva en la línea de largada; ¡empieza antes! En los entrenamientos, en la previa, nos preparamos para esa fiesta. Es ahí donde queremos poner toda la garra y el corazón.
La medalla se gana en el entrenamiento 🥇. En la carrera simplemente se pasa a buscarla. Al mismo tiempo, cada corredor respeta su ritual. La noche anterior, come hidratos de carbono, organiza su indumentaria. Por supuesto, no olvida el dorsal, se hidrata bien. Al evento muchos van disfrazados, otros van solos o con la familia. Pero todos, sienten una gran emoción.
Participar en carreras es una forma de ordenar el entrenamiento. Porque con un objetivo en frente. Es más probable encontrar una evolución como corredor. E ir conquistando distancias que antes parecían imposibles.
Millones de personas alrededor del mundo corren para crecer y valorar las pequeñas alegrías de la vida. Hablar de un tipo de corredor es injusto cuando vemos a nuestro alrededor miles de formas de vivir el running.
Correr es una fiesta bonita. Correr con amigos duplica la belleza. Porque es el momento de compartir el logro propio y ajeno. Emociona ver cómo se apoyan los grupos de running. Alguien que no te conoce de nada, tiene una sonrisa y una palabra de aliento. Esto te anima a continuar. 🙌🏼🙌🏼
¿Qué podemos vivir, ver y sentir mientras corremos una carrera?
¡Mucho! Si estamos atentos, podemos ver tantas cosas maravillosas sucediendo al mismo tiempo. No importa la distancia. No importa el lugar o el país. Correr nos conecta con la humanidad compartida, correr nos permite conectar con la fuerza individual y colectiva.
El running nos conecta con nuestro propio cuerpo, con el aquí y el ahora. Aprendes a reconocer sus señales. Porque sientes tu respiración, te vuelves un corredor más consciente, agradecido y despierto.
Si estamos bien atentos, en la fiesta de correr podemos ver pequeñas alegrías, como por ejemplo:
👉🏼 Las mujeres que corren juntas, se divierten y apoyan. Honrando el significado de la palabra sororidad. 💖
👍🏼 Los padres que acompañan a sus hijos a correr por primera vez. Nada mejor que enseñar a cuidarse con el ejemplo. 👪🏽
👉🏼 Lo bello de correr bajo la lluvia y aceptarlo. 👁️ Porque las carreras no se suspenden por mal tiempo.
👍🏼 Los que corren para agradecer, por algo, por alguien, o simplemente para vivir mejor. Para mi, los mejores runners. 👏🏼👏🏼👏🏼
👉🏼 El que corre sin dorsal. Los que corren despacio con la ilusión de su primera medalla. El que tiene miles de kilómetros gastando zapatillas y otros tantos más. ¡Todos juntos en un mismo lugar!
Correr una carrera es como la vida, todo tiene un principio y un final. Al mismo tiempo, queda en cada uno de nosotros poder disfrutar el recorrido. No hay dos carreras iguales, no hay carreras con resultados buenos o malos.
Participar en carreras es vivir la fiesta desde adentro, formar parte del escenario y no de la platea. Es decir, no nos conformamos con ser simples espectadores.
Correr en carreras es mucho más que competir. Es compartir y recibir los beneficios del running. Estos beneficios, trasladados a la vida, nos convierten en personas más optimistas e interesantes. 🤭
Y zancada tras zancada, 👉🏼 divertirse en el camino de convertirse cada día en un mejor corredor. 🥳🥳
Si bien no es mágico, es una aventura que vale la pena vivir. Correr es expresar la alegría de la vida en su máximo esplendor.